Una Congregacion con Historia

En el año 2015 celebramos el cumpleaños 40 de la Congregación La Reconciliación. Con ello pudimos reflexionar sobre una corta, interesante y conmovedora historia (Aquí pueden encontrar: la Carta Congregacional del aniversario, como también muchas fotos en torno a la celebración y una lista de todos los pastores/s y Presidentas/es).

Nuestra congregación fue fundada el año 1975  – fue un tiempo en el que, por las circunstancias sociales, la iglesia luterana en Chile se vio enfrentada a grandes desafíos. El nombre programático, Congregación La Reconciliación, dado por las „madres“ y los „padres“ de ella no fue fortuito.

En ese entonces, se delineaban dos ejes conflictivos. El primero era en torno a la problemática de cuan fuerte debiera ser la conservación del idioma alemán y su cultura, en la que reconocían su origen y su unión con el pasado de los/las inmigrantes alemanas/es y sus descendientes. Algunos eran de la opinión de que ya era tiempo de abrirse más a la cultura y la lengua de su entorno y con ello a la mayoría de los/las chilenos/as.

Aun mayor fue el problema que surgió en torno a la diferente valoración y percepción que se tuvo sobre las presidencias de Salvador Allende y Augusto Pinochet.  Referente a esta cuestión, todavía hoy en día existe una escisión en el país. En ese entonces, esto llevó a que los y las luteranas se dividieran tanto en torno a la respuesta a esta pregunta, como en torno al activismo en derechos humanos del entonces Obispo Helmut Frenz. La mayoría de las congregaciones luteranas de habla alemana abandonaron, finalmente y en forma de protesta, la IELCH (Iglesia Evangélica Luterana en Chile) y formaron una nueva comunidad, la ILCH (Iglesia Luterana en Chile).

Las y los fundadores de la Congregación La Reconciliación pertenecía, por su origen socio-cultural, a aquel grupo que se fuera a la ILCH, sin embargo, ellos quisieron en forma consciente permanecer como miembros de la IELCH. Esto lo demostraron en su apertura hacia los/las cristianas de habla castellana y por su gran compromiso diacónico. El 9 de Julio 1975 se generó, a partir del grupo de confirmandos/as y sus padres y guiados por el primer Pastor Axel Becker, la Congregación La Reconciliación.

Por fortuna, nuestra nueva comunidad fue acogida por la congregación hermana “La Trinidad” en su iglesia (Duble Almeyda 3396, Ñuñoa). Donde se realizaban los domingos por la tarde los cultos. En la casa pastorales se reunían para ocasiones especiales. La labor social seguía siendo desarrollada, sin limitación alguna, en tres sectores del Sur de la ciudad.

Pero sin un lugar propio, le era difícil crecer a la Congregación La Reconciliación. Allí nos alcanzó nuestra suerte, cuando se nos traspasó, en el 1999, nuestra bella iglesia „Del Buen Pastor“ (Alonso de Camargo 8040, Las Condes, Santiago). Pronto fueron construidos en el terreno aledaño la casa pastoral y la sala de la congregación. Así, la Congregación La Reconciliación tuvo su propio y permanente lugar, y su membrecía creció superando las familias fundadoras.

(Las fotos – de arriba hacia abajo: Celebración de los 40 años, Septiembre 2015, Adviento en la Iglesia Jesús Cristo, Proyecto Social en El Cobre, Iglesia del „Buen Pastor“,  Conmemoración de los 40 años: culto y fiesta )

Este feliz desarrollo no nos debe dejar olvidar, que hubo tiempos difíciles y amenazantes para la existencia de ella. Al principio, la Congregación La Reconciliación fue una comunidad muy pequeña que fue hostigada por su entorno de habla alemana por su posición dentro del desarrollo de la política de la iglesia. En más de una ocasión la congregación tuvo que enfrentar inmensos desafíos (también aquellos financieros) por el desarrollo que tomaban ciertos proyectos sociales diacónicos.

De tal forma que en el cumpleaños 40 hemos agradecidos a Dios porque siempre pudimos sentir su mano protectora, empoderadora y acogedora. Por eso le agradecemos a todos los hombres y mujeres que con gran compromiso se han involucrado y siguen haciéndolo, para servirle a la Congregación La Reconciliación.

Por eso nos alegramos. Porque sabemos, que muchos han recibido un fraterno acompañamiento, sea en el duelo, sea en una noche de niños en la iglesia o en sus proyectos sociales.

Por eso nos seguimos sintiendo comprometidos con el nombre de nuestra congregación y su lema fundacional. En una sociedad desgarrada, trabajamos por la reconciliación, en especial entre ambas iglesias luteranas de Chile. En conjunto tenemos puestos nuestros ojos en Jesús „el autor y consumador de la fe.” (Hebreos 12,2)